Profesor de la UDA participa en hallazgo astronómico de la Complutense de Madrid

Profesor de la UDA participa en hallazgo astronómico de la Complutense de Madrid

Entre enero y febrero de 2020, investigadores de la Universidad Complutense de Madrid participaron de la detección de una emisión de muy alta energía procedente del Púlsar del Cangrejo con un nuevo telescopio de rayos gamma instalado en el observatorio de la isla de La Palma.

Entre estos investigadores se halla el profesor de la Facultad de Ciencia y Tecnología de la Universidad del Azuay, Andrés Baquero, quien se vinculó al proyecto al ser parte del programa de doctorado en astrofísica y del grupo de altas energías de la universidad española.

Baquero se incorporó a la UDA como docente en 2014 y desde 2018 cursa el doctorado en Astrofísica en la universidad complutense de Madrid.

“Mi pasión por la física en general y por la astrofísica nace desde muy pequeño, siempre quise estudiar física para entender el comportamiento de los fenómenos naturales que nos rodean y del universo”, explica el profesor desde la capital española y añade:

“Al no haber esta carrera en Cuenca, estudié Ingeniera de Sistemas en la Universidad de Cuenca y luego hice una maestría en Física, la cual fue de carácter investigativo por dos años en la Escuela Politécnica Nacional en Quito”.

Baquero se encuentra actualmente desarrollando su tesis doctoral sobre el desarrollo de la cadena de análisis de datos y análisis de los primeros datos del primer prototipo de telescopio de gran tamaño LST1 que será parte de la colaboración CTA (Cherenkov Telescope Array).

“Además, formó parte de la colaboración MAGIC donde soy representante del grupo de altas energías en el Software Board para el análisis automático de datos”.

La Universidad Complutense de Madrid informó que la detección de rayos gamma procedente de púlsares (estrellas de neutrones que giran rápidamente y que poseen intensos campos magnéticos) es difícil de lograr.

“Las observaciones del púlsar del Cangrejo con el LST-1 se llevaron a cabo durante ocho noches, obteniéndose 11 horas de datos; estas observaciones formaban parte de los trabajos de puesta a punto para verificar el rendimiento del telescopio y ajustar sus parámetros de funcionamiento”, añadió la institución educativa española.