Emotiva y simbólica ceremonia de inicio de la carrera de Antropología para celebrar la sabiduría y la diversidad en la Universidad del Azuay
El 5 de octubre, María Mercedes Quizhpe, mujer Saraguro y madre de una de los estudiantes de la carrera de Antropología de la Universidad del Azuay, visitó nuestro campus para realizar una ceremonia y ritual de inicio de la carrera, deseando una buena siembra a la primera promoción de estudiantes de esta escuela. La emotiva ceremonia estuvo llena de espiritualidad, sabiduría y símbolos de la cosmovisión de nuestros pueblos ancestrales.
"En el mundo andino estas ceremonias, cargadas de simbolismo, son de suma importancia porque a través de ellas damos gracias a todo lo que nos rodea, poniendo nuestras intenciones y sentir en ese momento tan importante", fueron las palabras de la estudiante de antropología, Isabel Paqui, quien había sido designada presidenta de curso por sus compañeros y convocó a su madre como guía para este día especial.
El Killa Raymi, es una de las cuatro grandes celebraciones de los pueblos originarios del Ecuador en agradecimiento a la madre tierra, enfatizó Mercedes quien celebró que esta ceremonia haya tenido lugar en el campus de la Universidad del Azuay en donde se siente tan cercana a la naturaleza y la vida. Este encuentro intercultural promovió la unión y gratitud en cada uno de los participantes: autoridades, profesores, estudiantes, personal administrativo y miembros de la comunidad de Saraguro, quienes compartieron sus intenciones con el fin de conectar simbólicamente con la familia universitaria y los jóvenes quienes inician su camino el mundo de la antropología.
Nuestro rector, Francisco Salgado, mencionó “que la semilla que estamos sembrando hoy florezca en todos nuestros jóvenes y haga del mundo un lugar mejor”. Así mismo, Genoveva Malo, vicerrectora académica dijo que “en la sede de nuestra razón y corazón nos abramos a la sabiduría y celebremos la vida y la diversidad”.
El evento concluyó con gran éxito, deseando que la siembra desde los docentes sea con ternura, cuidado y sabiduría para que la cosecha de los futuros antropólogos sea la mejor.
